La huella de carbono es una medida que mide la cantidad de CO2 (dióxido de carbono) emitido por un individuo, país o empresa. Esta medida es tomada como referencia para conocer el impacto que tiene en el cambio climático.
La huella de carbono es un concepto que se ha popularizado en los últimos años, pero su origen no es reciente. Se trata de un concepto utilizado desde hace décadas por ecologistas, ambientalistas y activistas sociales. En sus inicios fue utilizado para denunciar las actividades económicas que generaban gases contaminantes y causaban daños al medio ambiente. Hoy en día la huella de carbono se usa para medir la cantidad de gases contaminantes emitidos al planeta en forma de CO2.
Es una medida que sirve para comparar el uso de combustibles fósiles con la cantidad de CO2 emitida por cada persona, país o empresa.
Tipos de huellas de carbono
La huella de carbono es el resultado del balance entre las emisiones de CO2 a la atmósfera y el monto de CO2 absorbido por los procesos de fotosíntesis en los bosques y pastos. Existen varios tipos de huellas de carbono, personal, producto, corporativa, etc.
Huella de carbono personal
Este tipo de huella de carbono es la que más se utiliza. Su objetivo es identificar las emisiones de gases de efecto invernadero que se originan en el consumo de combustibles fósiles y otros productos, así como en la generación de residuos sólidos y líquidos por parte de una persona durante toda su vida.
Huella de carbono de producto
Consiste en la contabilización del impacto ecológico derivado del ciclo de vida completo de un producto: desde su elaboración hasta su retorno. Esta huella pretende hacer referencia a todos los impactos negativos a nivel global que un determinado producto puede tener durante su uso o almacenamiento, con el fin de establecer una metodología única para comparar diferentes alternativas tecnológicas.
Huella de carbono corporativa
La huella de carbono corporativa es una medida para determinar el impacto ambiental y social de una empresa. La huella de carbono corporativa es una medida que mide la cantidad de carbono que los procesos y actividades de una empresa generan. La huella de carbono corporativa se utiliza para evaluar el impacto ambiental de diferentes productos, servicios y actividades.
¿Cómo calcular la huella de carbono?
Para calcular la huella de carbono basta con multiplicar dos elementos. Se necesitan dos factores importantes, el primero es el Dato Actividad y el segundo es el Factor de Emisión. El Dato actividad es una parámetro para definir el nivel de actividad que genera las emisiones de efecto invernadero. Por su parte, el factor emisión es la cantidad de gases de efecto invernaderos que son emitidos por los datos de actividad.
La fórmula para hacer el calculo es la siguiente: Huella de Carbono = Dato Actividad X Factor de Emisión.
¿Cómo reducir la huella de carbono?
Para poder reducir la huella de carbono es necesario cambiar nuestros modos de vida, realizando un consumo responsable, siendo este un gran aliado. Sin embargo, existen otros hábitos que son necesarios cambiar, tales como comprar productos ecológicos, usar transporte público en la medida de lo posible y utilizar energías renovables como el sol.
Algunas medidas a tener en cuenta son las siguientes:
- Optar por un proveedor de energía verde
- Utilizar modos de transporte más ecológicos
- Adquirir electrodomésticos eficientes
- Utilizar bombillas LED
- Regular los sistemas de calefacción y aire acondicionado
- Reciclar correctamente los residuos
- Reducir el consumo de carne.
Medidas para reducir la huella de carbono en las empresas
La huella de carbono es la cantidad de carbono que se emite al medio ambiente por el consumo de energía y su emisión a la atmósfera. Se calcula en función del consumo energético, los impactos en el medio ambiente además de las compras de bienes y servicios. El objetivo es reducir o eliminar estas emisiones, con el fin de mitigar los efectos del cambio climático.
Las empresas pueden reducir su huella de carbono mediante distintas acciones:
- Reducción del consumo energético
- Procesos más eficientes, menor dependencia del transporte
- Reducir el uso de suministros energéticos (agua caliente, electricidad)
- Mejoras en los procesos productivos (optimización de trabajos manuales)